La curiosidad de la raza humana por el cielo motiva la construcción de telescopios cada vez más grandes que desafían la tecnología existente en cada momento. Con el poder de resolución de los telescopios de próxima generación se estima que será posible estudiar la atmósfera de los planetas de otros sistemas solares.
Sin duda, dichas observaciones supondrán un gran avance para el conocimiento que tenemos del Universo, pero el Hombre no se conformará con ese avance y el desarrollo de telescopios seguirá progresando. Posiblemente algún día lleguemos a observar dichos exoplanetas con la misma resolución con la que Galileo observaba Júpiter.
La clave para esto se encuentra en la interferometría óptica, que permite la construcción de sistemas telescópicos de mayor resolución sin necesidad de aumentar el diámetro de los espejos primarios. Es posible que no quede lejos el día en que varios telescopios repartidos por el globo terráqueo sean capaces de actuar como un gran telescopio óptico con el diámetro de nuestro planeta. O mejor aún, que consigamos un poder de resolución suciente para estudiar la orografía de exoplanetas repartiendo telescopios por todo nuestro sistema solar.
Del ojo humano al telescopio espacial James Webb, que si no ocurre ninguna anomalía será lanzado al espacio el 31 de Octubre del año 2021, hacemos un recorrido por el largo camino del progreso de la Astronomía en su afán de satisfacer esa curiosidad innata que habita en el ser humano: conocer y ver, de la mano de la Ciencia, los misterios del Universo en el que nos ha tocado vivir.
MUSICA: Ludwig van Beethoven (1770-1827) - Sonata para violín y piano nº 5 en Fa mayor, Op. 24 "Primavera",
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