BUSCADOR

VISITAS

ARCHIVOS DEL BLOG

lunes

CONFERENCIA DE MAX TEGMARK

La noción de universos paralelos saltó de las páginas de ficción a las revistas científicas durante la década de los noventa. Numerosos expertos afirman que miles de millones de otros universos, conocidos en su conjunto como multiverso, existen más allá de nuestro horizonte visual cósmico.

El problema de esta idea reside en que, por su propia naturaleza, se halla más allá de toda verificación empírica: en el mejor de los casos, los indicios de la existencia de un multiverso serían indirectos. La propuesta nos obliga a replantearnos lo que entendemos por ciencia.

Durante la última década, una idea extraordinaria ha encandilado a un buen número de cosmólogos: la de que el universo en expansión que vemos a nuestro alrededor no es el único que existe, sino uno más entre una miríada de miles de millones de ellos. No habría, pues, un solo universo, sino un multiverso. En artículos publicados en esta revista o en libros como La realidad oculta, de Brian Greene, científicos de primera línea hablan de una revolución supracopernicana: no solo es nuestro planeta uno más entre muchos, sino que, a escalas cosmológicas, también nuestro universo resultaría insignificante. Sería uno más entre incontables universos, cada uno con sus propias leyes.

La palabra «multiverso» puede adquirir varios significados. El universo observable se extiende hasta una distancia de unos 42.000 millones de años luz, nuestro horizonte visual cósmico. Pero no existe ninguna razón para suponer que todo termine ahí. Más allá podría haber muchos —tal vez infinitos— dominios similares al nuestro. Cada uno habría comenzado con una distribución diferente de materia, pero todos se regirían por las mismas leyes de la física. La gran mayoría de los cosmólogos aceptan este tipo de multiverso. Sin embargo, hay quienes van mucho más lejos y sugieren la existencia de otros universos completamente diferentes, con otra física, otra historia y, quizás, otro número de dimensiones espaciales. La mayoría serían estériles, pero algunos bullirían con vida. Uno de los principales defensores de este multiverso de «nivel 2» es Alexander Vilenkin, quien propone un conjunto infinito de universos, con un número infinito de galaxias y planetas, e infinitas personas que se llaman como usted y que se encuentran leyendo este mismo artículo.

Numerosas culturas han considerado desde la antigüedad ideas similares. La novedad radica en que la hipótesis se concibe ahora como una teoría científica, con todo el rigor matemático y la verificación experimental que ello implica. Personalmente, me muestro escéptico ante semejante afirmación. No creo que la existencia de esos otros universos haya sido demostrada ni que algo así pueda lograrse jamás. Los defensores de la idea del multiverso, además de ampliar nuestra concepción de la realidad, están redefiniendo de forma implícita lo que entendemos por ciencia.

Más allá del horizonte

Aquellos que se adhieren a la acepción más amplia de multiverso han propuesto diferentes mecanismos para explicar cómo habrían surgido todos esos mundos y dónde podrían encontrarse. Quizás ocupen regiones muy alejadas del espacio, tal y como predice el modelo de inflación caótica de Alan Guth, Andrei Linde y otros También podrían existir en diferentes épocas, como ocurre en el modelo cíclico de Paul Steinhardt y Neil Turok , o quizá se encuentren en el mismo espacio que el nuestro pero en una rama diferente de la función de onda cuántica, como defiende David Deutsch . Otra posibilidad reside en que carezcan de localización y se hallen desconectados de nuestro espaciotiempo, como proponen Max Tegmark y Dennis Sciama.

No hay comentarios: