Nosotros, que ni siquiera somos capaces de poner orden en nuestro propio hogar planetario, convulsionado por rivalidades y odios, nosotros que saqueamos nuestro entorno medioambiental, nos matamos unos a otros llevados por la ira y el descuido, así como de forma intencionada; una especie, además, que hasta hace muy poco tiempo estaba convencida de que el Universo se había creado para su exclusivo beneficio… ¿nosotros vamos a aventurarnos en el espacio, desplazar mundos, remodelar planetas y extendernos a sistemas estelares vecinos?
Me imagino que no seremos precisamente nosotros, con nuestras actuales costumbres y convenciones sociales, los que estaremos presentes ahí fuera. Si continuamos acumulando solamente poder y no sensatez, con toda seguridad nos autodestruiremos. Nuestra misma existencia en ese futuro distante requiere que hayamos cambiado nuestras instituciones y también nuestra forma de ser. ¿Cómo efectuar suposiciones sobre los humanos en un futuro lejano? Es una mera cuestión de selección natural. Si nos volvemos sólo un poco más violentos, cortos de miras, ignorantes y egoístas de lo que somos hoy, casi seguro que no tendremos futuro.
No seremos nosotros los que alcancemos Alpha Centauri y las demás estrellas cercanas. Será una especie muy parecida, pero con mayor presencia de nuestras virtudes y menos de nuestros defectos, una especie que ha regresado a unas circunstancias más parecidas a aquellas para las cuales evolucionó, más confiada, más perspicaz, más capaz y más prudente, la clase de seres que nos gustaría que nos representasen en un Universo, por lo que sabemos, repleto de especies más antiguas, mucho más poderosas y muy diferentes.
Las inmensas distancias que separan las estrellas son providenciales. Los seres y los mundos están en cuarentena unos frente a otros. Y la cuarentena se levanta solamente a aquellos que tienen autoconocimiento y juicio suficientes como para haber viajado de forma segura a las estrellas.
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