Durante las décadas de los 60 y 70 se llevaron a cabo algunos de los
momentos más históricos en cuanto a la exploración espacial, incluyendo
hitos como, por supuesto, la llegada del hombre a la Luna. Otro de estos
momentos fue la puesta en órbita de la primera estación espacial de la
NASA, además de su caída a la Tierra, incendiándose en la atmósfera.
Se trata de Skylab, una estación espacial que sirvió como laboratorio en
órbita de la NASA, y que fue construida y desarrollada a partir de los
restos del programa Apolo, que entonces acababa de ser cancelado.
Skylab no fue la primera estación espacial creada por el hombre, ese
logro lo tienen los rusos (o mejor dicho, los soviéticos) y su Salyut 1,
lanzada al espacio el 19 de abril de 1971. La NASA, por su parte, tenía
un gran interés en dar un siguiente paso en la carrera de la conquista
espacial: si ya habían llevado al hombre a la Luna (en repetidas
ocasiones), lo siguiente sería estudiar los efectos en un ser humano de
habitar en microgravedad por un período prolongado de tiempo.
Para esto, diseñaron Skylab, una instalación espacial que serviría de
laboratorio y de hábitat para una tripulación de máximo tres personas, y
que en sus planes originales podría durar más de una década en órbita,
siempre y cuando se tomaran las medidas necesarias y fuera modificada
para este fin.
Skylab fue diseñada y desarrollada como parte de los planes de la NASA
de reutilizar las piezas del programa espacial Apolo (mismo que llevó al
hombre a la Luna) para otros fines de investigación y exploración
espacial. La estación fue construida usando un cohete Saturno V
modificado, y su estructura tenía unas dimensiones de unos 25,1 metros
de largo y 17 metros de radio, incluyendo uno de sus paneles solares. Su
masa era de unos 77.000 kilos.
Entre sus partes se encontraba un taller o laboratorio, un departamento
de dormitorio, un almacén, un compartimiento para desechos, paneles
solares y el telescopio Apolo, acoplado a la estación espacial usando
una montura especialmente diseñada para ello. Los astronautas podían
viajar a la estación en órbita usando un módulo de mando y servicio de
la misión Apolo. Skylab incluso tenía una ducha.
Un comienzo difícil
Los problemas para Skylab comenzaron inmediatamente al comenzar su
misión. La estación espacial fue lanzada al espacio a bordo de un
Saturno V el 14 de mayo de 1973, que fue el último vuelo del cohete, y
durante el ascenso un escudo térmico antimeteoritos se abrió y se
desprendió de la estación, lo que ocasionó que perdiera uno de los
módulos de energía solar y se averiara el otro módulo solar, entre otras
dificultades técnicas. La primera labor de la primera tripulación de
Skylab fue reparar estos daños.
La primera tripulación de Skylab fue enviada al espacio pocos días
después, el 25 de mayo de 1973, y consistía del Comandante Charles
“Pete” Conrad, el piloto Paul J. Weitz y el piloto científico Joseph P.
Kerwin. Estos tres astronautas tuvieron que realizar varias caminatas
espaciales para reparar y abrir el módulo de energía solar con el que
todavía contaba Skylab durante sus primeros días en el espacio, y
colocar un escudo solar para proteger el interior de la estación de
altas temperaturas y gases. De no ser por ellos, la misión Skylab habría
fracasado al apenas comenzar.
Después, los astronautas repararon el interior de la estación espacial, y
permanecieron un total de 28 días en la estación espacial.
En total,
solo tres tripulaciones pudieron hacer uso de Skylab. La segunda fue
lanzada el 28 de julio de 1973 y permaneció 59 días en la estación, y la
tercera fue lanzada el 16 de noviembre de ese mismo año y permaneció 84
días. La cuarta misión tripulada, llamada Skylab 5, fue cancelada.
La caída
Skylab fue diseñada para permanecer casi una década en órbita. Después
de ese tiempo, la NASA parece no haber tenido muy claro qué es lo que
haría. O mejor dicho, cómo lo harían. La gravedad nunca falla, por lo
que su reentrada a la atmósfera era más que probable, pero la agencia
espacial originalmente tenía intenciones de salvar la estación y
prolongar su vida, algo que no pudieron lograr.
Skylab poco a poco iba descendiendo de órbita por efectos de la
gravedad, por lo que para rescatarla necesitaban impulsarla utilizando
algún propulsor, es decir, alguna nave o módulo que pudiera hacerlo. El
problema es que la NASA ya no tenía cohetes Saturno V funcionales, y
estaban completamente dedicados al desarrollo del programa del
transbordador espacial.