Alexander Vilenkin, responsable del Instituto de Cosmología de la
Universidad Tufts en Massachussetts (EEUU) defendió su polémica teoría
en su reciente visita a Madrid, invitado por la Fundación Banco
Santander.
Para este físico, nacido en Ucrania en 1949 pero graduado en EEUU, no
sólo existen universos paralelos, sino que éstos son infinitos. Y, como
las posibilidades de que algo ocurra siempre son finitas, todo lo
posible está ocurriendo en esos mundos. La mano que no salió en nuestra
partida de cartas se ha acabado repartiendo en otro universo.
La causa de este multiuniverso, o 'multiverso', como él prefiere
denominarlo, tiene que ver con el proceso de expansión acelerada que dio
origen al Universo.
Para Vilenkin, esta expansión creó 'nuestro' Big
Bang pero sigue extendiéndose eternamente creando miríadas de big bangs.
'Esta inflación eterna', explica este cosmólogo, 'continúa produciendo
constantemente nuevos universos en regiones remotas. Eso quiere decir
que se han creado infinitas regiones espaciales como la nuestra, lo que
implica infinitas posibilidades de desarrollo de planetas como el
nuestro'.
La segunda gran idea de Vilenkin no es menos polémica, porque este
investigador defiende la teoría de que el Universo se creó de la nada.
'En principio, las leyes físicas dicen que nada puede surgir de la nada.
Pero de acuerdo a lo que observamos a través de la física cuántica, sí
es posible que el Universo naciera así'.
Vilenkin pertenece al moderno género de los cosmólogos, más centrado en
el pensamiento que en la pura observación. Hace 400 años, Galileo
explicó el funcionamiento del Universo gracias a un telescopio, pero el
científico de la Universidad de Tufts no ha utilizado nunca este
instrumento. Él sólo usa papel y lápiz, o, mejor, un ordenador, y no
tiene por qué mirar el cielo. 'Sí que lo miro', aclara, 'pero sólo como
lo hace un astrónomo aficionado'.
Alexander Vilenkin acabó su carrera en Ucrania. Y, de no tener
problemas, seguramente hubiera seguido allí. Pero los tuvo, aunque
asegura no saber cuál fue su origen: 'La verdad es que no sé cual fue el
problema. Quizá dije algo incorrecto a la persona incorrecta'.
La
conclusión, en cualquier caso, fue que el KGB le impidió seguir
estudiando.
La presencia de un conocido suyo en Estados Unidos provocó que el futuro
cosmólogo se estableciera allí. Vilenkin no ha vuelto a pisar su país
más que en visitas ocasionales, y se considera estadounidense. Su
marcha, junto a la de otros muchos científicos, cercenó gran parte de la
investigación de la antigua Unión Soviética, algo de lo que esos países
todavía no se han recuperado: 'Creo que Ucrania no lo ha hecho, al
menos en física'.
Las dos patas de la teoría de Vilenkin, la creación de la nada y los
universos paralelos, son frecuentemente utilizadas para apoyar
fundamentos teológicos. 'No creo que haya un lugar para Dios en mis
teorías. Por otro lado, tampoco entiendo muy bien cómo se puede hacer
una teoría sobre Dios. No creo que mis ideas hablen de ello y, para
empezar, alguien tendría que definir qué entiende por Dios para que yo
pudiera explicar si mi teoría hace referencia a ello o no'. Confiesa,
además, que él no es creyente, 'al menos no creo en un Dios personal
como habitualmente se asume'.
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