HD 63433d es un planeta del tamaño de nuestra Tierra a 73 años luz de aquí que podría revelar aspectos importantes sobre la evolución de planetas como el nuestro.
“Planeta del tamaño de la Tierra descubierto en nuestro patio trasero”. Así es el titular de la nota de prensa que ha mandado la Universidad de Wisconsin-Madison y es correcto, faltaría más, pero tal vez transmita una imagen algo alterada de la realidad. Si solo tenemos en cuenta esas palabras pensaremos que acaban de dar con un mundo parecido al nuestro y, encima, a una distancia bastante corta. Es tan lícito pensar eso como escribir el titular en sí mismo. Pero, por desgracia, la realidad no se ajusta mucho a esta interpretación de las palabras.
Seamos literales con la primera mitad: el planeta es del tamaño de la Tierra , y punto, no hay muchas más similitudes reseñables. Sin embargo, la segunda mitad del titular es algo más figurada, porque, evidentemente, no iba a estar en nuestro patio trasero espacial . Está cerca, sí, pero cerca en términos relativos, unos 73 años luz, que es la distancia que viaja la luz en 73 años, más o menos unos 700.000.000.000.000 kilómetros. Así que, tal vez por esa mezcla de literalidad y poesía en un mismo titular, la impresión que genera no es la más rigurosa, pero eso no significa que el hallazgo carezca de interés, ni mucho menos.
El planeta en cuestión se llama HD 63433d y es el tercer planeta que encontramos orbitando a la estrella HD 63433. Como decíamos, tiene un tamaño similar al de la Tierra, pero a diferencia de nosotros, él orbita a su estrella cada 4,2 días terrestres . El motivo no es solo su velocidad angular, tiene que ver, mayormente, con la corta distancia que le separa de su sol. Y esta es la clave, porque de ella se deriva la mayor diferencia de todas. Al estar tan cerca el planeta y la estrella, entran en lo que conocemos como “acoplamiento de mareas”. Significa que, sus masas ejercen tal gravedad la una sobre la otra, que su giro queda bloqueado.
Esto no significa que el planeta no rote en torno a sí mismo, Lo que ocurre realmente, es que lo hace a la velocidad exacta para que para que siempre esté mostrando la misma cara hacia la estrella. Puede sonar extraño, pero es exactamente lo mismo que le ocurre a la Luna con nosotros. Esto es: si tarda 4,2 días terrestres en orbitar su sol, tarda lo mismo en dar una vuelta alrededor de sí mismo. O, dicho de otro modo, el día de este planeta dura lo mismo que su año. Este dato podría parecer una simple casualidad, pero no. Porque ocurre algo bastante evidente cuando un planeta muestra siempre la misma cara a su estrella: se calienta, tanto que alcanza temperaturas infernales.
Cuando decimos que el lado iluminado de HD 63433d se calienta, es porque lo hace muchísimo. Los modelos estiman que alcanza temperaturas de 1260 grados Celsius mientras que, su otra mitad, permanece en la sombra, fría y casi tan hostil como la mitad iluminada. Esto ya es una gran diferencia respecto a lo que podemos ver en nuestro planeta, pero hay algo más. Pensemos por un momento qué ocurriría si ponemos una olla al fuego de tal modo que el fogón solo entre en contacto con la mitad de la base. La zona que esté sobre el fuego se calentará más, el agua se dilatará y ascenderá, desplazando las masas de agua fría que hay en a la superficie de la mitad del cazo que no entra en contacto con el fuego. De este modo, el agua fría bajará, desplazada por la caliente, y empezará de nuevo el ciclo formando una fuerte corriente convectiva, como una cinta transportadora.
Algo así ocurre en HD 63433d, el aire calentado sube, atraviesa la frontera entre la luz y la oscuridad y arrastra las masas frías hacia la superficie terrestre, extendiéndolas hacia la zona iluminada. Esto significa que el flujo de aire caliente y frío entre ambas mitades será enorme, creando vientos descomunales que arrasen todo a su paso entre la luz y las sombras del planeta. No obstante, a pesar de sus muchas diferencias, tenemos tan pocos ejemplos de mundos del tamaño de la Tierra y una superficie rocosa, que HD 63433d supone, sin lugar a duda, una gran oportunidad para entender nuestro pasado. El tiempo de una Tierra primigenia y fundida. Y, por otro lado, nos enseña otras formas en que pueden evolucionar los planetas según su contexto, perdiendo la atmósfera, por ejemplo, al calentarse sobremanera por la cercanía de una estrella.
Las diferencias entre HD 63433d y la Tierra no terminan aquí. Por ejemplo, la estrella que nos ilumina es diferente, mayormente por su antigüedad. HD 63433 es 10 veces más joven que nuestro Sol. Tiene 400 años y esto ya implica unas diferencias relevantes, aunque es cierto que tiene un tamaño similar a nuestro sol y pertenece al mismo tipo de estrella
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