Una fusión de dos galaxias espirales masivas, como lo son la Vía Láctea y Andrómeda, tendrá como consecuencia más probable la formación de una galaxia elíptica en escalas de tiempo de algunos Giga-años.
Como consecuencia de la interacción, y debido a un efecto conocido como fricción dinámica, la órbita de M31 pierde progresivamente cada vez más momento angular relativo. Este hecho, común en cualquier proceso de fusión entre dos galaxias, se traduce en que los pericentros sucesivos serán cada vez más pequeños, es decir, los núcleos de ambas galaxias cada vez se acercarán más. Por la misma razón, las velocidades relativas de las dos galaxias se harán también cada vez más pequeñas.
El proceso de interacción progresa hasta cristalizar en una fusión completa de M 31 con la Vía Láctea trás un tiempo estimado de 4.500 millones de años. El resultado final más probable es la formación de una galaxia elíptica gigante que incluiría tanto a estrellas de nuestra Galaxia como de Andrómeda.
Es común en la literatura referirse al sistema fusionado como Lactómeda (o Milkdromeda en su acepción inglesa). Contrariamente a M 31, lo más probable es que M 33 siga orbitando como una galaxia independiente alrededor de Lactómeda durante mucho tiempo después de que la fusión se haya completado. No obstante, se espera que M 33 acabe siendo engullida por Lactómeda a muy largo plazo, dado que su órbita ligada está destinada a decaer con el tiempo. Lactómeda tendrá aproximadamente el doble de masa de la la Vía Láctea y será mucho más extensa que ésta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario