BUSCADOR

VISITAS

ARCHIVOS DEL BLOG

jueves

EL EXPERIMENTO DE MILLER

¿Cómo surgió la vida en la Tierra? ¿Es posible encontrar vida fuera de nuestro planeta? Estas dos preguntas actualmente, desde un punto de vista científico, no tienen respuesta. Sin embargo, tomando como "patrón" las formas de vida terrestres parece evidente que para la aparición de vida son necesarias la presencia de agua líquida y una fuente de carbono.

La hipótesis más aceptada de cómo pudo surgir la vida en la Tierra es la Teoría de la Evolución Química. Esta teoría se basa en la idea de que moléculas orgánicas sencillas reaccionaron entre sí dando lugar a sistemas cada vez más complejos capaces de autoensamblarse y autoorganizarse resultando finalmente en el primer ser vivo. El primer paso para demostrar esta teoría es comprobar si los componentes que forman parte de las proteínas y de los ácidos nucleicos, es decir, aminoácidos, bases púricas y pirimidínicas así como azúcares, pudieron originarse a partir de fuentes inorgánicas de carbono. 

Una de las mejores aproximaciones para resolver este problema consiste en simular las condiciones en las que la vida pudo originarse. El modelo típico consiste en una fuente de energía externa (descargas eléctricas, radiación ultravioleta, partículas aceleradas de alta energía…) capaz de excitar una mezcla de gases que simule la atmósfera de la Tierra primitiva, la atmósfera de otros planetas o el medio interestelar y analizar el producto formado. La mezcla compleja de compuestos orgánicos que se generan en este tipo de experimentos se conoce comunmente con el nombre "detholins" y lo que se ha denominado como Química Prebiótica. 

El verdadero desarrollo de la Química Prebiótica comienza a partir del famoso experimento de Miller. En 1953, Stanley L. Miller, (por aquel entonces doctorando del Premio Nobel de Química en 1934, Harold C. Urey), demostró que era posible obtener algunos de los aminoácidos presentes en las proteínas, además de glicina (Miller desconocía el experimento realizado, años atrás, por Löb) a partir de una fuente inorgánica de carbono. Miller, basándose en las teorías de Urey y Bernal sobre la composición de la atmósfera de la Tierra primitiva, sometió a descargas eléctricas una mezcla de CH4, NH3, H2 y vapor de H2O, durante una semana, obteniendo finalmente una disolución de color rojizo. Tras el análisis cromatográfico de esta disolución (TLC, cromatografía en capa fina, en dos dimensiones), Miller encontró glicina, alanina, β-alanina, ácido aspártico y ácido β-aminobutírico y otras sustancias que no pudo llegar identificar pero que estimó podrían ser β- y γ-aminoácidos. 

Con este experimento quedó demostrado que era posible obtener algunos de los compuestos orgánicos presentes en los organismos vivos a partir de un sistema completamente inorgánico.

 

No hay comentarios: